Champagne Georges Laval Les Chenes 2005
Tenemos la puñetera fortuna que de tanto viajar a Champagne y conocer cada vez a más gente del lugar, hemos llegado a relacionarnos con algunas de las personas que más admiramos en el mundo del Champagne, auténticas estrellas de carne y hueso que podrían pasar desapercibidos para el común de los mortales, pero que para cualquier friki del vino el poder hacerse una foto con ellos, compartir una conversación o incluso visitar su bodega y pisar sus viñedos es un auténtico honor.
Champagne Georges Laval
Una de esas personas a las que admiro y con la que hemos compartido algunos buenos momentos es Vincent Laval, una de las personalidades más reconocidas por los propios productores de la región y un productor de culto para los grandes aficionados al Champagne, que sin embargo no es demasiado conocido en el mundo del vino, ya que apenas elabora unas 10.000 botellas al año que se rifan entre unos pocos y por tanto no es nada sencillo encontrarlo en demasiadas cartas o anaqueles.
Vincent Laval es la actual generación de la bodega Champagne Georges Laval, un hombre de la una personalidad y vitalidad arrolladora, que encarna perfectamente la imagen de una familia que siempre ha apostado por una viticultura ecológica desde 1971 (ya es muy complicado esta apuesta en la Champaña del siglo XXI, donde solo el 3 % de viñedo se trabaja sin la utilización de productos químicos, imagínense en los años 70 en plena revolución petroquímica donde todas las prácticas agrícolas dejaron a un lado la tradición para apoyarse en la mecánica y sobre todo en productos sistémicos.
La familia Laval desde hace 4 generaciones ha estado unida al pueblo de Cumieres, uno de los Premier Cru más reconocidos, situado al inicio del Valle del Marne (muy cerquita de Epernay) con todos sus viñedos expuestos al sur en los que reinan las variedades tintas Pinot Noir y Meunier.
Restaurante Elkano
Hoy tengo la obligación de hablar de uno de los champagnes elaborados por Vincent Laval y digo que tengo la obligación porque creo que ha sido la mejor botella que hemos disfrutado en los últimos meses, me refiero concretamente al Georges Laval Les Chenes 2005. Durante la visita anual que últimamente realizamos a uno de los restaurantes más insignes de la Cocina Vasca, Elkano, en Guetaria, su sumiller Nico Boise (sin duda uno de los camareros de vino más preparados y con más conocimientos de Champagne de cuantos ejercen en nuestro país) nos aconsejó no desaprovechar la oportunidad de acompañar al plato estrella de su carta, el Rodaballo a la parrilla, cargado de grasa y sabor en el final de la primavera, con una de las escasas botellas que había conseguido recientemente del Les Chenes 2005 de Laval, con además casi 7 años de degüelle. No es un champagne especialmente barato, pero la ocasión lo merecía.
Hablamos de un champagne que proviene exclusivamente de una de las 7 parcelas que la familia Laval posee en Cumieres, concretamente de Les Chenes, situada en la media ladera por encima del pueblo, en su parte Este, justo al lado de Hautvillers. Es un terreno muy calcáreo, con apenas 40 centímetros de profundidad (a partir de ese punto las raíces profundizan en la roca caliza, en la Craie). Este champagne es un Blanc de Blancs, elaborado íntegramente con Chardonnay (curiosamente en un pueblo donde dominan las variedades tintas) que Vincent solo embotella por separado en aquellos años en los que la Chardonnay consigue una gran madurez, con un grado de alcohol potencial de más de 11 º.
El resultado fue un champagne simplemente emocionante. Nos encontramos con un champagne subido de color que auguraba madurez, aromas reductivos e incluso evolutivos, que nos asustaron en los primeros 30 segundos, pero desde ese momento el festival de sensaciones, guauss y caras boquiabiertas se fueron sucediendo. Estábamos ante un champagne que no dejaba sorprender, que a cada “curva” nos mostraba una imagen distinta, que aromáticamente irradiaba una complejidad pasmosa, pero que sobre todo tenía una boca extraterrestre. El Chardonnay dijo “aquí estoy yo” con toda la elegancia y finura que me suele caracterizar, y el terroir de Cumieres no se escondía, la vinosidad, mineralidad y amplitud de boca que singularizan a los champagnes que surgen de sus laderas orientadas al sur se expresaban de una manera conmovedora.
Un champagne que conjuga la mayor parte de las cualidades que yo le pido a una botella, que sea capaz de demostrar la variedad, terroir y hacedor que lo han hecho posible, que no pierdan la esencia que siempre ha caracterizado al champagne (tensión, elegancia, mineralidad,…) y además que rebose personalidad y profundidad. Sin duda este Georges Laval Les Chenes 2005 con 7 años de degüelle en un marco con el Elkano es un modelo de champagne de 10.