Dom Perignon, Louis Roederer Cristal y Marguet Sapience
Con esta selección de 3 botellas comenzamos una secuencia de catas de champagnes para intentar aprender un poco más de este inabarcable mundo. Compartiremos solo pequeñas conclusiones o apreciaciones sentidas en cada una de ellas
Esta primera selección nos ha ayudado descubrir muchísimas cosas, los apuntes individuales de cada botella los detallaremos en próximas notas, pero a modo global de esta cata destacamos 3 ideas:
El primera es que nos ha despertado un gran interés por profundizar en las diferencias entre los champagnes reductivos y oxidativos. Esa temática que aun genera ciertas controversias comparativas entre un estilo de elaboración reductivo ahora clásico (hasta hace muy poco moderno) que emplean la mayor parte de las bodegas reconocidas, tratando de evitar al máximo el contacto de los mostos y el vino con el oxígeno (desde la viticultura, prensa, fermentación, crianzas, embotellado…) y el estilo de elaboración oxidativo que suele asociarse a los champagnes creados por muchos vignerons, principalmente abanderado por el gran Anselme Selosse (llevado al extremo con sus champagnes confeccionados a partir de soleras). Las diferencias están ahí, existen, son una realidad, no es mejor ni peor, pero existen. Quizás podemos decir que la vinificación reductiva es más interesante y complementaria para champagnes que buscan un largo envejecimiento en botella con lías, no obviemos que este envejecimiento es en sí mismo de naturaleza reductiva.
Como decía el gran Richard Geoffroy, famoso antiguo chef de cave de Dom Perignon: los champagnes reductivos muestran aromas grises (humo, turba, café…), mientras que los champagnes oxidativos van hacia los aromas marrones (pasas, especias, manzanas asadas…). Contrastado!!
La segunda cuestión, se pueden conseguir grandes vinos elaborando 5.000 botellas o 5.000.000
Y la tercera, como un día nos dijo el gran Jerome Prevost, la enología moderna puede conseguir buenos vinos, aromáticos, elegantes, equilibrados,… pero la longitud, la profundidad en boca y la emoción solo se consiguen trabajando la viña y consiguiendo una uva de calidad