El Especialista en Champagne

Juancho Asenjo: “Con el lenguaje que usamos es imposible acercarse al vino sin complejos”

Somos una Banda.-

Divulgador del mundo del vino desde todos sus escenarios: docente, asesor, comerciante y escritor. Asesoro a varias bodegas españolas en temas de mercado y realizo formación tanto para los equipos técnicos de las bodegas como para sus equipos de ventas, así como para empresas de importación de vino extranjero en España. Director de cata de Grandes Pagos de España y realizo las actividades formativas. Profesor en diferentes cursos de sumilleres por toda España. He formado parte de El Mundovino desde su fundación hace más de 20 años. Tengo reconocimientos internacionales como el premio el Giornalista del Roero, el de Grandi Cru Italia al mejor periodista extranjero y la condecoración como Cavaliere dell’Ordine Della Stella Della Soliedarità Italiana por parte del Presidente de la República, Giorgio Napolitano, por mi labor como divulgador de la cultura italiana por todo el mundo. Miembro de la Academia Internacional del Vino.

 

¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?

La felicidad es el camino y nunca la meta. La idea de felicidad plena es para mi el que la gente que te rodea lo sea.

¿Cuál es el rasgo principal de su personalidad?

Analítico, inconformista, sensible, cascarrabias… (lo he preguntado a otras personas ja, ja, ja, ja).

¿Cuál es su pasatiempo favorito?

Leer, investigar, estudiar, escuchar música, ver fútbol o baloncesto, caminar y pensar, conversar, salir de vinos, viajar…

¿A qué persona viva del mundo del vino admira?

A muchas. Pero pondría a José Luis Mateo por su grandeza basada en su sencillez, conocimiento, bonhomía y humildad o a Juan José Abó porque es un personaje único, irrepetible. Un humanista de otros tiempos con un corazón que no le cabe en el pecho.

¿Ese restaurante en el que se siente como en casa?

En Remenetxe (Gernika), Vinoteca García de la Navarra o Kabuki Wellington, ambos en Madrid.

¿Cuál es su lema de vida?

El carpe diem de Horacio desarrollado por el Renacimiento. La fugacidad de la vida, vivir el hoy. O aquella filosofía del gran Sócrates cuando decía: el conocimiento no es saber mucho de algo sino saber relacionar lo que conoces.

¿Un lugar dónde algún día le gustaría vivir una temporada?

En el Mediterráneo. En alguna isla griega o esas colonias griegas en Asia Menor, que hoy forman parte de la costa turca, donde nació la filosofía. Tierras donde se inspiraban los presocráticos, Sócrates o Platón. O en Chiapas (México).

Si mañana tuviera que empezar de cero, alguna vez ha fantaseado con dedicarse a…

En mi juventud soñaba con la dirección escénica y esos maestros como Stanislawski, Meyerhold, Mijail Chejov, Nemirovich-Danchenko, Tairov, Gordon Craig, Appia, Louis Jouvet, Copeau, Barrault, Strehler, Piscator, Max Reinhardt, Bertolt Brecht y Helene Weigel… o ser cómico de la legua viajando por pueblos y aldeas.

Con el paso de los años, me hubiera encantado vivir en la Florencia o Siena de los siglos XV o XVI en los dos Renacimientos: el de Brunelleschi, Masaccio, Donatello, Lorenzo el Magnífico, Botticelli o Savonarola o el posterior de Miguel Ángel, Rafael, Ariosto, Leonardo o Maquiavelo. Esa Toscana de los Medici llena de traiciones, saqueos, crímenes, hambrunas, alianzas, de recuperación de las culturas griega y romana donde emergió lo mejor del ser humano y seguramente lo peor. O en la Borgoña del siglo XV con su capital en Flandes. El Renacimiento y el Gótico, ese periodo, que fue simultáneo porque convivieron casi medio siglo, que moldeó la cultura occidental y la Europa que conocemos hoy.

“Dígame que desayuna y le diré quién es…”

Ja, ja, ja, ja. Desayuno fruta y nueces.

Sea generoso, aconséjenos un libro, una película, una serie y un álbum musical

Un libro: el otoño de la Edad Media, de Johan Huizinga; los ensayos, de Montaigne; Luces de Bohemia, de Valle-Inclán; el apoyo mutuo, de Kropotkin o Postguerra, de Tony Judt. Y siempre Shakespeare y Cervantes.

Una película: Esta tierra es mía de Jean Renoir o Novecento de Bertolucci.

Una serie: Crematorio basada en la novela de Rafa Chirbes o Los Soprano.

Un álbum musical: cualquiera de los cinco primeros de los Ramones, lo que sea de Aretha Franklin o Ella Fitzgerald o la tetralogía “El anillo de los Nibelungos”, de Wagner dirigida por Knapperbusch, Keilberth, Solti o Furtwangler.

Una rutina que le hace feliz…

La lectura, conversar y soñar.

Un maridaje perfecto…

Compartir unos vinos y unas tapas con alguien que aprecias.

¿Qué le ha cambiado la pandemia?

Muchas cosas. Darme cuenta de que se necesita mucho menos para vivir de lo que pensamos y que hay que agarrarse a la vida mientras puedas porque te marchas sin hacer ruido en cualquier momento.

En su opinión ¿Por donde pasa el futuro del vino?

Por la unión de la tierra donde nace el vino con quien lo bebe. Por la coherencia del paisaje y su cohesión sin renegar de los avances de la ciencia implicándose con la sostenibilidad. La comida será más sana con mayor equilibrio y los vinos irán en esa línea.

Su viaje perfecto…

Ir con la persona que quieres a cualquier lugar. Es más importante el quién que el dónde.

Champagne y…

… buena compañía.

¿Qué cualidades debe tener el vino que entre en su carrito de compra?

Que me guste sin pensar si es bodega pequeña, mediana o grande; barato o caro; nacional o extranjero; espumoso, generoso, blanco, tinto… Que tenga personalidad y sea reflejo de su territorio.

¿Cuál es el rasgo que más le desagrada en un vino?

La falta de identidad.

Si es tan amable, le vamos a pedir 3 vinos: Uno habitual en su fondo de armario, un “tapado” por descubrir y ese que nunca olvidará

Un gran fino de Jerez o Montilla-Moriles o una manzanilla sanluqueña

Un tapado por descubrir: un mantonegro de Ribas de Cabrera (Mallorca), los nuevos vinos de Lanzarote o los girò alicantino de Curii, de Gutiérrez de la Vega, Pepe Mendoza y otros productores. Los vinos valencianos de Rafa Cambra o Filoxera o los txacolis espumosos. Los nuevos blancos secos de Montilla-Moriles o de la Axarquía y Montes de Málaga. España es un volcán vinícola que está entrando en erupción. Galicia ya no es ningún tapado sino una realidad como otras tantas zonas.

El que yo nunca olvidaré es ese Barolo Collina Rionda de Bruno Giacosa 1989, el Echézeaux 1985 de Henri Jayer en mágnum o algunos de los vinos prefiloxéricos de Marqués de Riscal.

Para concluir la pregunta del millón, aporte su granito de arena a la causa vinícola ¿Qué idea (o ideas) sugeriría para conseguir que la gente vuelva y no se siga alejando del Vino?

No necesitamos beber más vino los que ya bebemos, sino que el número de gente que bebe vino aumente. Habría que bajar el vino del cielo a la tierra. Los mitos no se beben más que de Pascuas a Ramos y con el lenguaje que se usa es imposible acercarse sin complejos. El vino tiene alcohol, es una droga legal y no es un refresco, es una bebida que no es de juventud sino de madurez cuando se comienza a ganar dinero y mejoran las condiciones de vida. Cuando se cambian los hábitos porque el vino es una bebida para compartir. Nos debe quedar claro que el consumo debe ser moderado formando parte de una cultura responsable. El vino es cultura que surge de la tierra, es la bebida más sociable y placentera que hay.

 

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