Alexandre Lamblot es el gran alumno aventajado del maestro Jerome Prevost (La Closerie) con el que estuvo trabajando 2 años. Sin duda ese tiempo ha marcado la sensibilidad con la que ya elabora desde su primera añada. Pero Alexandre es mucho más que eso, no podemos quedarnos con la anécdota de su paso por La Closerie, es un joven vigneron con una personalidad arrolladora, de gran talento y muy apegado al viñedo, no en vano representa la 13ª generación de vignerons en la familia.
Tras su etapa con Prevost se hizo cargo de las 3,8 ha que constituyen el viñedo familiar, muy repartidas por la cara norte de la Montaña de Reims:
Petite Montagne de Reims
Vrigny: 1,40 ha
Janvry: 0,85 ha (aquí también se ubica su bodega)
Gueux: 0,80 ha
Massif de Saint Thierry
Chenay : 0,70 ha
Vallée de l’Ardre
Faverolles & Coëmy: 14 áreas
Savigny / Ardres: 7 áreas
Esta zona es la cuna del mejor Meunier de Champagne. En su viñedo esta variedad representa el 60 % del total. También dispone de un 26 % Pinot Noir, 8 % Chardonnay, 6 % de las 4 variedades minoritarias.
A Lamblot podríamos asemejarlo a un cirujano o a un cuidadoso orfebre, quizás sea el productor más metódico y detallista de cuantos nos hemos cruzado. Cada trabajo en la viña y en la bodega se realiza con absoluta precisión y después de haber reflexionado sobre ello.
Viticultura
Desde sus comienzos apostó con una viticultura biodinámica en todo su viñedo (certificado en orgánico desde la añada 2021), con la implantación de agrosilvicultura (tiene más de 100 árboles frutales entre sus viñas) para romper con el nocivo y productivista monocultivo que se extiende por toda la región. Es uno de los grandes defensores de trenzado de las ramas de las cepas, suprimiendo el despuntado y evitando que la viña tenga que defenderse y pueda centrarse solo en la madurez de la uva. Su gallinero portátil es muy conocido entre sus vecinos, esto le permite ir trasladando a sus gallinas por sus diferentes parcelas, campando estas allí a sus anchas de otoño a primavera, alimentándose y aportando a la viña abono natural.
Elaboración
En la bodega el nivel de detalle sigue siendo superlativo. Diseñó su bodega de elaboración en las antiguas cuadras de la vivienda familiar, distribuyéndola de tal manera que todos los trabajos se realizan por gravedad, sin el empleo en ningún momento de bombas.
Cada parcela se prensa y vinifica por separado, con levaduras autóctonas, fermentación y crianza desde 10 meses a 3 años en barricas 228 a 600 litros. No filtrado, no clarificado, no estabilización en frío. No se añade ningún componente externo, salvo pequeñísimas dosis (a veces nulas) de sulfuroso tras la prensa. Para el tiraje de sus vinos trabaja con un laboratorio local para aislar y replicar las levaduras naturales que existen en cada uno de sus viñedos (un trabajo de chinos). El removido se sigue realizando a mano en los tradicionales pupitres de madera. Y el degüelle también se realiza manualmente de la forma tradicional “A la volée” para evitar que el congelado del cuello de la botella pueda importunar al vino. Por último, hay que destacar la filosofía de la sostenibilidad que impera en esta bodega, que se traslada a la selección de sus materiales de embalaje. Las botellas, las etiquetas y las cajas se reciclan en su mayoría y provienen de proveedores locales, y los corchos también se obtienen localmente.
La experimentación no cesa en esta casa, desde la fabricación de sus propios barriles con duelas de madera de roble local que actualmente está curando y secando durante varios años. O las pruebas con la fermentación y crianza en damajuanas o ánforas de barro, especialmente en sus vinos de una sola parcela.
Normalmente detrás de un champagne extraordinario hay muchos factores que lo posibilitan, Lamblot se encarga de cuidar cada uno de ellos, así lo ha hecho de forma paulatina desde su primera añada, donde ya muestra un grandísimo nivel, pero lo que viene en esta bodega y que disfrutaremos en los próximos años, ya avisamos que va a ser enorme.
Todo apunta a que estamos ante una futura gran estrella de Champagne.
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