Detrás del nombre comercial de esta bodega hay una historia de vida, Aurore Casanova, como podéis comprobar coindice con el nombre del 50 % de esta iniciativa, la otra parte es Jean Baptiste Robinet compañero de vida y aventura de Aurore.
Ambos pertenecen a 2 familias que poseían algunas hectáreas de viñedo en la Champagne, sin embargo, ninguno de ellos inicialmente pensaba convertirse en viticultor y mucho menos en elaborador de vinos. Aurore fue una reconocida bailarina profesional que pisó algunos de los escenarios internacionales más aclamados (ahora entiendo en parte la sensibilidad que hay detrás de estos vinos), y Jean Baptiste era protésico para amputados, 2 profesiones como podéis comprobar muy poco comunes.
En 2010, cuando aún no se conocían, curiosamente a ambos les surgió la necesidad de volver a casa, el viñedo de Champagne era parte de su esencia. Se encontraron en 2011 en Avize, ambos comenzaron a estudiar viticultura y enología en el Licee Viticole de Avize. Allí comenzó todo. Cuando terminaron su formación y después de compartir momentos con algunos de los más importantes vignerons de la región, sobre todo con Anselme Selosse, decidieron alquilar algunas viñas a sus respectivas familias y comenzar con ellas a hacer todo lo contrario a lo que había aprendido en la escuela. En el Licee Viticole aprendieron mucha viticultura y enología clásica, convencional (y química), pero ellos sentían que su andadura debía de ir hacer una viticultura biológica y biodinámica.
Su viñedo es muy especial, casi 4 ha repartidas en 3 regiones diferentes:
Grand Cru de Puisieulx, en la cara norte de la Montaña de Reims, donde principalmente cuentan con Pinot Noirs y Chardonnays sobre peculiares suelos de limo y subsuelo de roca calcárea. La exposición norteña y esos suelos de tiza dotan a los vinos de una tensión y elegancia especial. Nos atrajo especialmente este terroir y los vinos que allí surgen.
Grand Crus de Mesnil-sur-Oger y Oger, donde cuentan con 19 pequeñas parcelas, casi tantas como exposiciones diferentes, y un punto en común, el Chardonnay sobre esos suelos de Craie casi a ras de superficie tan característicos de la Cote de Blancs. Hablar de Mesnil es hablar de máximo nivel.
Y, por último, disponen de algunas parcelas en el entorno del pueblo de Champvoisy en Valle del Marne, donde los típicos suelos de arcilla sobre piedra caliza consiguen una de las versiones más atractivas de la Meunier más jugosa.
Esta pluralidad de terroirs y varietales aportan una paleta de heterogeneidad y complejidad alucinante, que sin duda se trasmite a sus champagnes.
Viticultura biodinámica, utilización en bodega de la clásica y antiquísima prensa Coquard, mínima intervención, crianza de sus vinos en barricas usadas de 228 y 400L durante 11 meses provenientes de las bodegas Jacques Selosse y Egly Ouriet. Todos sus champagnes se arman a partir de ensamblaje de vinos de diferentes añadas para dotarlos de una mayor profundidad. No filtrado, no clarificado y dosages mínimos o cero.
Aunque actualmente disponen de un champagne de inicio gama realmente muy interesante (Cuvee Aure), su filosofía y énfasis se encamina hacia los embotellados de un solo viñedo, hacia champagnes parcelarios, con el fin de comprender mejor y poner en valor los diferentes terroirs con los que cuenta esta singular bodega.